Hace veinte
años, Mitchell Joseph salió resolvió uno
de los grandes desafíos de la era moderna: cómo hacer que una lata de cerveza
se enfriase a sí misma. El diseñó una lata que libera el refrigerante HFC-134a.
Su prototipo funciono enfriando drásticamente los líquidos en cuestión de
minutos, pero había ningún problema. HFC-134a es un gas de efecto invernadero
1.400 veces más potente que el dióxido de carbono. Abrir una de las latas de Joseph era el
equivalente a conducir un automóvil 500 kilómetros, y era ilegal bajo las
regulaciones de la EPA. En otras palabras, nunca el diseño original llego a
producción. Al parecer no se dio por vencido, y este año Joseph introdujo el
ChillCan, una bebida completamente legal con auto-refrigeración que reduce la
temperatura de una bebida enlatada en un 30 º C en tres minutos.
Esta nueva tecnologia se usara en el ChillCan que contiene una cámara cilíndrica de gas a alta presión de CO2, que termina en una
válvula que se extiende a través de la base de la lata y está tapada por un
botón. Cuando el usuario pulsa el botón, la válvula se abre y el CO2 se
precipita fuera de la parte inferior de la lata y en el aire. A medida que el
gas se expande, absorbe el calor del líquido circundante, bajando su
temperatura. Junto con su lata, Mitchell Joseph está en lanzamiento de una
bebida energética llamada West Coast Chill donde usara su invención. La bebida
estará disponible este verano en Arizona, Nevada, el sur de California y en
línea, y en todas las tiendas de Estados Unidos en el 2014. Esperamos que este avance tecnologico este en las cervezas pronto.